Entre Tramas y Urdimbres
Entrecruzar fibras, trenzarlas, torcionarlas, anudarlas y volverlas a cruzar y extenderlas de mil maneras diferentes en un telar de palitos, en dos troncos paralelos sostenidos por un árbol, en un cesto para transporte de alimentos, en una malla de red para la pesca, en una canoa tejida, en una unkuña (manto ceremonial), en una ofrenda mística religiosa, han sido expresiones que han acompañado desde tiempos ancestrales a la humanidad.
El primer abrigo: la piel de animales que cobijaba del frío La primera tela: tramas y urdimbres ancestrales que dialogan, unidos a la necesidad de cubrir el cuerpo. Las fibras textiles desde su inicio, significaron calidez, abrigo, afecto, envolver, contener, dar calor.
De miles formas diferentes, telas tejidas con aguja de espina de cactus, aguja de espina de pescado, entrelazado de dedos, entre tramas y urdimbres se fue escribiendo la historia del textil con sus múltiples significados.
La maravilla y complejidad que alcanzó el tejido en el mundo andino es el resultado de un proceso que tuvo su inicio hace miles de años.
Desde tiempos inmemoriales, los primeros textiles fueron simples entrelazados, trenzados, un solo elemento , sin trama ni urdimbre, precedió al tejido en telar. Fibras vegetales de variadas calidades, se entrecruzaban dando lugar a la creación de los primeros objetos funcionales para la subsistencia: transporte de alimentos, redes de pescas, cestos .
En los Andes Peruanos ( Cueva del Guitarrero 8600 a.c.),se encontraron restos de primeras sogas y bolsas, realizado con torsión de fibras vegetales. En la Argentina, en Provincia de Jujuy, departamento de Tumbaya ( Huachichocana 7600 a.c.), se encontraron también restos de cuerdas, sogas, que demuestran maestrías en torsiones y utilización de la fibra vegetal.
En una primera etapa fue la cestería, tejidos de mallas, sin soporte, torsión de fibras vegetales para producir piezas a partir de una sola hebra. sin telar, sin trama ni urdimbre, solo el entrelazar las fibras vegetales de miles maneras diferentes, logrando maravillosos cestos.
Las torsiones y la finura, la resistencia del hilado serán testimonio de la habilidad de aquellos primeros artesanos tejedores que estarán presente y acompañarán en forma permanente la historia del tejido americano.
Con el paso del tiempo... De pueblos cazadores a agricultores. La observación de la naturaleza, el poder de la tierra, la lluvia, el agua y el viento y el poder de la divinidad. La Pacha Mama. La domesticación del algodón.
Aparecen los primeros tejidos realizados con dos grupos de elementos: urdimbre y trama. Dentro de los cuales hay dos momento bien diferenciados: uno anterior o PRE telar, correspondiente a tejidos realizados en marcos o bastidor, utilizando la técnica del torzal.( Huaca Prieta. Perú, año2500 a.c.), Son los primeros tejidos con diseño e iconografía del cóndor y serpiente. Y el otro posterior, de tejidos en telar. Las primeras telas tejidas con urdimbre y trama, se tejían en el telar de cintura, llamado de esa forma por poseer una faja que rodea a la cintura del tejedor, de esa forma controlaba con el movimiento de su cuerpo la tensión de los hilos de urdimbre.
Símbolo de la simpleza y armonía, dos varillas paralelas tensadas por la urdimbre, un extremo atado a la cintura del tejedor y el otro extremo a un árbol que servía de sostén. Que maestría la del viejo telar! La introducción de los lisos ( hilos suplementarios que levantan la urdimbre), marcó un antes y un después en el mundo de los textiles y las primeras telas. La utilización de los lisos permitió avanzar en los tejidos en telar y dar un salto de la cestería donde los hilos se movían en forma individual.
Los Grandes cambios culturales como: la domesticación del algodón, el cultivo del maíz, el comienzo de la cerámica, influyen en la historia de los tejidos, marcando sus simbolismos, determinado por la tríada ave-felino-serpiente, quienes a modo de lenguaje transmiten en las telas tejidas, mitos y pensamientos mágico religioso.
Textiles pintados de Chavin de Huantar Mantos de Paracas con sus majestuosos bordados. Tejidos tridimensionales de la cultura Nazca. Chancay y Chimu con sus tejidos de filtros de luz (Gasas).
En todos estos tejidos del antiguo Perú, se observa una búsqueda pictórica diferente, la organización del color y un ritmo en la iconografía, tan claramente expresado por Ricardo Rojas en su libro“Silabario de la Decoración Americana”como una de las características del arte americano.
El tejido andino por el año 1300 d.c. había llegado a su máximo esplendor, donde todas las técnicas eran utilizadas y combinadas. Las culturas textiles posteriores que continuaron, en mayor o menor grado retomará esta herencia.
Los Incas recogieron una herencia textil de más de cuatro mil años.
No existía sacrificio, ajuar funerario, ritual religioso, rango político y tributo económico que no tuviese en el tejido un papel importante. Algodón, vicuña, alpaca, llama, pelo de murciélago, fibras vegetales y a veces hasta pelo humano, se utilizaron como materia prima para la creación de telas tanto para un nivel masivo como para los gobernantes y el Inca.
Las primeras telas fueron naciendo, siendo testimonio del momento social y cultural que le dieron su origen, cada icono tramado, la disposición en la tela ,los colores utilizados y los materiales seleccionados para tejer, dejaron su impronta en forma de textos, que pueden ser leídos y nos cuentan sobre la vida cotidiana, política y religiosa de los habitantes antiguos del suelo americano.
En ausencia de registro escrito, la imagen pictórica se transforma en comunicante y transmite un lenguaje.
Las maravillosas telas tejidas, hoy podemos apreciarlas en los Museos del Mundo, con su maestría, perfección técnica y colorido extraído de las plantas, que aún sobreviven al paso del tiempo y nos devuelve la memoria de los antiguos saberes del Universo Andino.
El valor del tejido quedó evidenciado por el comportamiento de los generales incas que trataron de evitar que los textiles cayeran en manos de los españoles. ...” El enemigo no se vio privado de llamas ni de gente pero si de tejidos...”
Hoy, en el presente , entre tramas y urdimbres, son testimonio de la herencia andina, las manos de los tejedores actuales, urbanos, todos ellos, tejen con navetas milenarias el paso del tiempo, invocando en cada sonido de los hilos, el retorno del telar ancestral que no conoce fronteras y se filtra en cada creación actual.